Rompiendo moldes..

El otro día me puse a repasar algunos viejos conceptos de filosofía y me detuve en Karl Popper y su obra clave: “La lógica de la investigación científica”. Una de sus ideas más conocidas y plenamente aceptada en el campo de la investigación científica, es el llamado “Criterio de Falsabilidad”, que se erige como criterio para juzgar la validez de una teoría. Todo buen científico que se precie, debe someter sus conocimientos acerca de las leyes y principios de la naturaleza, a un contínuo proceso de cuestionamiento y crítica, para ir descartando otras teorías y leyes que no se ajusten a sus nuevos conocimientos. Para toda conjetura, existe y existirá una refutación, por lo tanto, si una teoría tiene la posibilidad de ser falsa, puede ser cierta. En cambio las teorías que se aceptan incuestionablemente como axiomas, son tan útopicas, que nunca podrán ser consideradas verdaderas.

Estas teorías me llevaron a reflexionar sobre  algunos momentos de la historia, en los que muchos científicos han tenido que toparse con la incomprensión y las críticas de sus compañeros, que en muchos casos, se hallaban apoltronados en sus viejas teorías pseudocientíficas. Tal es el caso de Nicola Tesla, inventor e ingeniero eléctrico y uno de los impulsadores de la electricidad comercial tal y como la conocemos hoy en día: inventó la corriente alterna, la tecnología inalámbrica y la radio entre otros. Sin embargo, muchos de vosotros habréis estudiado que Marconi fue el inventor de la radio –todavía sale en muchos libros de texto- y Edison de la bombilla y  la corriente eléctrica. Pues bien, nuestro protagonista tuvo contenciosos con ambos inventores, con Edison-inventor de la corriente contínua- en la llamada “guerra de las corrientes”.  Tesla inventó la corriente alterna y mucho tiempo después se demostró como la más rápida y eficaz. También dió una vuelta de tuerca inventando la bombilla fluorescente sin filamento. Con Marconi, se dirimió la patente del invento de la radio y la balanza cayó del lado de Tesla. Sus afirmaciones sobre la corriente inalámbrica, fueron tachadas en muchas ocasiones de inverosímiles y por este motivo, se le colgó el sambenito de  excéntrico, cuando no de loco. Esta circunstancia, unida a  su poca habilidad para las finanzas, le hizo morir en la más absoluta pobreza. Hoy en día y a pesar de su genialidad, apenas tenemos vestigios de sus logros, salvo en  una unidad de medida electromagnética que lleva su nombre y poco más..Es una pena, porque realizó extraordinarios descubrimientos en el campo de la “energía libre”.

Otro caso llamativo, es el de Felipe Semmelweis. Fue un médico húngaro que descubrió las verdaderas causas de la infección por fiebre puerperal e introdujo unas “sencillas” normas de higiene a la hora de abordar a las mujeres parturientas. Semmelweis observa la alta mortalidad de parturientas –que llegó a ser del 96%-  entre fuertes dolores en un Hospital de Viena, en el que acaba de ser destinado. El hospital se componía de dos unidades, una más frecuentada por matronas y la otra por estudiantes, que previamente, habían asistido a una clase de medicina forense y por lo tanto, habían estado en contacto con cadáveres. En esta última sala es dónde se ha producido un número incomparablemente mayor de defunciones. Por este motivo, nuestro médico llegó a la ingeniosa conclusión de que los estudiantes transportaban algún tipo de “materia putrefacta” de los cadáveres a las mujeres parturientas y  así se lo expuso a sus colegas, que le recibieron con rechazo e incredulidad. Finalmente fue expulsado de la maternidad y permaneció durante mucho tiempo viviendo en la más absoluta pobreza y abandono. Y ya en plena desesperación al borde de la locura, se presentó en medio de  una clase de anatomía y se autoinfrigió una herida, que puso en contacto con un cadáver: a los pocos días murió en brazos de un Profesor,víctima de los mismos padecimientos que las embarazadas a las cuales había estudiado. Las teorías de Semmelweiss pusieron de manifiesto, como unas sencillas medidas de higiene como es el lavado y cepillado de manos y uñas con agua caliente, podían evitar el contagio de algunas infecciones, algo que para nosotros hoy en día, ¡es casi una verdad de Perogrullo!

Por último y volviendo a Popper, su sistema se basa en la importancia de la combinación de racionalidad con el espíritu crítico en el desarrollo de nuestro conocimiento: este sistema se denomina racionalismo crítico y parafraseando a su autor, os dejo esta interesante frase de su Autobiografía: “Porque fue mi maestro quien me enseñó no solamente cuan poco sabía, sino también que cualquiera que fuese el tipo de sabiduría a la que yo pudiese aspirar jamás, no podría consistir en otra cosa que en percatarme más plenamente de la infinitud de mi ignorancia.” También os dejo un link muy interesante para gente que conozcáis con enfermedades renales y que según un Colega con verdadero espíritu científico, puede contribuir a “romper moldes”: http://stopsecrets.ning.com/profiles/blogs/terapias-alternativas-suprimidas?xg_source=activity

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2 pensamientos en “Rompiendo moldes..

  1. Pablo

    Que grande Nicola Tesla, igual de grande que Rene Quintón, el Darwin francés, que nos contó que nosotros venimos del agua de mar, y al salir de ella, nos la llevamos dentro de nuestro organismo.

  2. Pablo

    Si mezclamos a Nicola Tesla y René Quintón, nos saldría un Linus Pauling, que grandes.http://es.wikipedia.org/wiki/Linus_Pauling

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